Reducción de hipertensión y riesgo cardiovascular mediante el ejercicio
- Sofía Cervera Castañeda, Gerardo Cordero Rodríguez
- 13 nov 2018
- 5 Min. de lectura

INTRODUCCIÓN
El riesgo cardiovascular es la probabilidad que tiene un individuo de sufrir una enfermedad como hipertensión arterial, aumento del colesterol, síndrome metabólico y diabetes, sobrepeso y obesidad, tabaquismo, sedentarismo, abuso de alcohol, ansiedad y estrés dentro de un determinando plazo y esto va a depender fundamentalmente del número de factores de riesgo que estén presentes en un individuo. La práctica regular del ejercicio físico es recomendada para prevenir y tratar los principales factores de riesgo cardiovascular modificables. Según los autores Caspersen, Powell y Christenson describen “Ejercicio físico” como la actividad física planeada, estructurada, repetitiva y dirigida con el objetivo de mejorar o mantener uno o varios de los componentes de la aptitud física. Se sugiere realizar ejercicio físico de una intensidad moderada, con un mínimo de treinta minutos y cinco días a la semana, modificar el estilo de vida con la adquisición de hábitos saludables como la buena alimentación, control del índice de masa corporal y sobretodo evitar el sedentarismo, esto, con la intención de reducir el riesgo cardiovascular a tiempo.
El ejercicio es la mejor manera de prevenir el riesgo cardiovascular, antes de esto, se debe tomar en cuenta que Ejercicio físico no es lo mismo de actividad física; Según Caspersen, Powell y Christenson definen ejercicio físico como la actividad física planeada, estructurada, repetitiva y dirigida con el objetivo de mejorar o mantener uno o varios de los componentes de la aptitud física y definen Actividad física desde una perspectiva fisiológica como cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos que den como resultado un gasto energético. El riesgo cardiovascular es producido por diversos factores, que se conocen como “factores de riesgo”. Los factores modificables como Hipertensión arterial, aumento del colesterol, síndrome metabólico, diabetes, sobrepeso, obesidad, tabaquismo, sedentarismo, abuso de alcohol, ansiedad y estrés; los factores no modificables son los biológicos como edad, sexo, raza y antecedentes heredofamiliares. Las personas suelen combinar ambos tipos factores por lo que incrementa el riesgo cardiovascular. La mejor manera de evitar el riesgo cardiovascular es teniendo una mejor calidad de vida, interviniendo en los factores que son más fáciles de prevenir y/o controlar, como lo es el sobrepeso, tabaquismo, alcoholismo, entre otros.
El colesterol es una sustancia similar a la grasa e indispensable para la vida, sin embargo el exceso produce riesgos a la salud. Una manera de mantener el colesterol controlado es evitar grasas saturadas y trans, se debe conocer que existen diferentes tipos de colesterol, entre ellos está el LDL(lipoproteínas de baja densidad) colesterol “malo” porque bloquea las arterias y es asociado a enfermedades cardiacas cuando está elevado. El colesterol VLDL (lipoproteínas de muy baja densidad) considerado como “muy malo” porque contiene mayor cantidad de triglicéridos y se acumula en las paredes de las arterias. El colesterol HDL (lipoproteínas de alta densidad) colesterol “bueno” porque recoge el colesterol no utilizado y lo devuelve al hígado para su almacenamiento o excreción al exterior a través de la bilis.
Según Araceli Boralta Pérez en su artículo “Ejercicio, piedra angular de la prevención cardiovascular” menciona que la relación entre el ejercicio y sus beneficios para la salud es sabida, sin embargo, la perdida de actividad física sigue siendo un problema de salud pública. Es sabido que en México no se ha tenido la cultura de practicar ejercicio físico o de que este sea fomentado a las generaciones más pequeñas, por eso está entre los primeros lugares de sobrepeso a nivel mundial, lo que da paso a las enfermedades cardiovasculares. Una de las enfermedades cardiovasculares más comunes es la Hipertensión arterial (HTA). Es una enfermedad frecuente que puede pasar desapercibida sin producir síntomas, por lo que puede ser letal. Consiste en el incremento continuo de la presión de la sangre en las arterias y es una patología crónica, pero tratable. Las personas con esta enfermedad tienen una probabilidad más elevada de padecer alguna otra enfermedad cardiovascular. Para poder disminuir los niveles de HTA es importante realizar cambios al estilo de vida y que estos incluyan una mejor alimentación, ejercicio físico diario dirigido a la reducción de peso corporal y tener un tratamiento farmacológico controlado por un especialista. Diversas asociaciones como la OMS, Sociedad Internacional de Hipertensión, entre otras recomiendan el incremento del ejercicio físico como la primera intervención para prevenir y tratar a pacientes con HTA.
El ejercicio aeróbico ayuda a disminuir la hipertensión arterial porque al momento de realizarse, el cuerpo produce óxido nítrico, el cual ayuda a disminuir la capacidad de vasoconstricción provocando que la sangre pueda fluir con menor presión. Una vez disminuida la tensión arterial el corazón bombea de forma adecuada, disminuyendo la contractibilidad alterada del corazón.
La disminución en el consumo de hidratos de carbono promueve la utilización de la grasa almacenada en el cuerpo como fuente de energía, promoviendo a su vez la disminución del colesterol LDL y VLDL, aumento del HDL y la reducción del peso corporal. La combinación de ejercicio físico y una buena alimentación aunados a buenos hábitos de salud como la reducción en el consumo de tabaco y alcohol son indispensables para la disminución del riesgo cardiovascular.
El ejercicio anaeróbico no es recomendable para pacientes con hipertensión arterial ya que al existir una rápida contracción muscular no permite la llegada del oxígeno necesario a las células, por lo que el cuerpo libera ácido láctico, el cual es transformado como energía; en cambio, en el ejercicio aeróbico la contracción muscular es más lenta, por lo que le permite al oxigeno llegar a las células para fomentar el uso de otras fuentes como la grasa para la obtención de energía.
La Hipertensión arterial es una enfermedad la cual ha sido causa de más de un tercio de fallecimientos. En México una de cada tres personas sufre de hipertensión arterial, debido a ello el país registra la prevalencia más alta en el mundo; esto se debe a la falta de un diagnóstico oportuno y al desconocimiento de los factores de riesgo que detonan esta enfermedad, de acuerdo a la encuesta ENSANUT, menciona que la Hipertensión arterial se presenta ligeramente más en mujeres que en hombres. Existe un grupo de edad menos afectado, que es de los 20 a los 29 años de vida, mientras que la prevalencia más alta esta entre 70 a 79 años. Se ha hecho mención que no todas las personas que padecen hipertensión arterial tiene conocimiento de ello, pues solo el 60% de la población afecta lo sabía. Esto es por ser una enfermedad asintomática. De la población que tenía conocimiento de la enfermedad 6 de cada 10 personas controlan su presión arterial, mientras que 8 de cada 10 están bajo tratamiento farmacológico.
La hipertensión arterial mata cada año a más de 7,5 millones de personas en el mundo, es por eso que sigue siendo el riesgo cardiovascular más prevalente; tras diversos estudios que se han realizado a través del tiempo se sabe que la población de raza negra es, por razones genéticas, más hipertensas que al resto de las de más y más rebelde al tratamiento, esto lo han comprobado en los afroamericanos, entre los que la hipertensión arterial es más prevalente y resistente.
Conclusión
En conclusión, la hipertensión arterial es un problema frecuente e importante en nuestra sociedad, por lo tanto se debe tomar conciencia de ello y hacer constantes revisiones y estudios necesarios para combatirla a tiempo. Se ha demostrado que el ejercicio físico es de gran ayuda ya que su efecto benéfico no es sólo a corto, sino, a largo plazo. La disminución en los niveles de presión arterial, ocasionado por el óxido nítrico y la mejora en el funcionamiento del corazón son piezas clave para la disminución del riesgo cardiovascular y que sólo se pueden lograr adquiriendo hábitos saludables como lo es el ejercicio. El ejercicio físico no sólo ayuda a personas con hipertensión arterial, sino, a todas las personas en general, siempre y cuando se realice de forma correcta. La modificación del estilo de vida es la mejor forma de prevención, tratamiento y control de la HTA, con el ejercicio como componente esencial. Además del ejercicio, una dieta restringida en calorías disminuye los niveles de hipertensión arterial debido al uso de lípidos como energía.
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